Plaza de Armas, el Punto Cero de La Habana Vieja
No confunda punto cero con kilómetro cero que está en el Capitolio Nacional. Por mucho que Capitolio parezca el punto de inicio de una excursión en La Habana Vieja, el verdadero lugar para empezar es la Plaza de Armas, porque fue ahí donde se fundó la ciudad de La Habana.
La Plaza de Armas fue fundada en 1519 y se nombró inicialmente como Plaza de la Iglesia por albergar la Parroquia Mayor, la primera iglesia de La Habana, que sin embargo fue destruída 1741. La Plaza de Armas es la más antigua plaza de La Habana Vieja y, en época colonial, representó el centro administrativo de la ciudad.
Los puntos cardinales de la Plaza de Armas
El Palacio de los Capitanes Generales, que se encuentra en el lado oeste de la plaza fue sede del gobierno durante mucho tiempo, hasta 1913, luego fue Ayuntamiento de La Habana hasta 1967 y a partir de ahí se convirtió en lo que es ahora, el Museo de la Ciudad.
En el lado que da a la bahía se encuentra el Castillo de la Real Fuerza que durante toda la época colonial custodió los tesoros de la ciudad que llegaban de España. Al lado del Castillo, en la parte izquierda, se encuentra El Templete, que conmemora el lugar donde se fundó la ciudad. Parece ser ahí donde se celebraron la primera misa y el primer cabildo en La Habana en 1519. A la derecha del Templete se encuentra un enorme palacio ergido por el Conde de Santovenia a finales del siglo XVIII, hoy Hotel Santa Isabel.
En el lado sur de la plaza se encuentra otro palacio, que en la época colonial se llamó Palacio del Segundo Cabo, fundado en 1776 y habitado por el hombre de confianza del Capitán General de Cuba. Hoy es sede del Instituto Cubano del Libro. En esta misma senda se encuentran también el Museo de la Pintura Mural y otras instituciones culturales.
En el medio de la Plaza de Armas hay un parque natural, en el centro del cual estaba la estatua del monarca español Fernando VII. Desde 1955, por obra del artista Sergio López Mesa, la estatua es, en cambio, la del Padre de la Patria Carlos Manuel de Céspedes.
La plaza fue un lugar público hasta la edificación del Castillo de la Real Fuerza. A partir de ahí se destinó a ejercicios militares y por eso fue que adquirió su nombre definitivo, Plaza de Armas.
La Plaza y Más Allá
Por el ala sur de la Plaza de Armas se encuentra una pequeña feria numismática donde se venden libros viejos, objetos de antiguedad, cámaras fotográficas de otros tiempos, monedas de colección y así sucesivamente. La mayoría de lo que se vende son libros y casi la totalidad de estos - los cuales son vendidos en divisa y a caro precio - se encuentran en casi todas las librerías nacionales por precios ridículos (en Cuba todos los libros son viejos), por lo tanto, en la Plaza, usted puede comprar sin ser estafado sólo sabiendo realmente lo que está comprando y a condición que sea algo que existe sólo ahí y no se pueda conseguir en ninguna otra libería. El consejo general es: "No ande por estos libros viejos y por estas reliquias si no sabe lo que está haciendo".
A partir de la Plaza de Armas se derivan todos los museos y lugares culturales importantes del centro histórico. Es deberoso percorrer la calle Obispo, la calle Oficios, la calle Mercaderes, que lleva a la otra plaza importante de Cuba, la Plaza de San Francisco de Asís, o Plaza de las Palomas y de ahí muchísimos otros lugares en las cuatro direcciones de donde se puede salir de la Plaza de Armas, por ejemplo, saliendo de la Plaza en dirección norte se llega a la Catedral.
Se necesita más de un día para visitar La Habana Vieja y la Plaza De Armas es definitivamente el cuartel general desde donde parten todas las excursiones, como en los juegos role play, donde a partir de un lugar común, empiezan todas las aventuras.