El Museo Nacional de Historia Natural de Cuba

Por Claudia Rodriguez Colón, remanipulado por Danilo Renzi

Historia natural de Cuba, secretos en exibición

La entrada del Museo de Historia Natural de Cuba

Un lugar donde la historia toma palabra y la ciencia se pone al alcance de la mano. Un espacio que satisface la curiosidad sobre los inicios naturales, sobre todo de lo que ha sido partícipe esta espléndida Isla caribeña.

El Museo de Historia Natural de Cuba, entrelaza en sus salas de exposiciones todo el saber necesario para satisfacer la sed de saber de todos aquellos que lo visitan.

Un sitio donde la Naturaleza cobra vida e incentiva las ganas de codearse con todos los misterios que envuelven la historia y las leyendas de la mayor de las Antillas. Desde esos animales fantásticos que una vez habitaron estas tierras, hasta las formas de vida más sorprendentes de los primeros habitantes, son alguas de las herencias reveladas a quien visita el museo.

La naturaleza tiene una historia

El Museo de Historia Natural de Cuba, es el resultado del ideario y accionar de muchísimos científicos cubanos, que por décadas abogaron por la creación de un espacio para el disfrute de la ciencia natural. Entre sus principales impulsores se encuentra Felipe Poey, figura cimera en la historia de la ciencia en Cuba. Su quehacer científico fue notable en los estudios ictiológicos. Fundador, entre otras cosas, de la Real Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana.

El Museo de Historia Natural visto desde adentro
El Museo de Historia Natural ha sido el resultado del esfuerzo colectivo de varios científicos

Como dato curioso, referimos que desde que se ideó la creación de un museo cubano de ciencias naturales, fueron muchas las variantes que surgieron para determinar su posible ubicación, entre ellas estuvieron, la construcción de un edificio en 23 L, en el Vedado, donde se encuentra en estos momentos la heladería Coppelia, el edificio del Centro Asturiano (actual Museo Nacional de Bellas Artes), el preuniversitario de La Habana Vieja, por aquellos momentos Instituto de Segunda Enseñanza de La Habana, y, el Capitolio, que fue el escogido.

El 26 de mayo de 1964 se abrieron al público las puertas del Museo Nacional de Historia Natural, que no llevaba ese nombre. Desde su fundación en el año 1961 y hasta 1995, el museo radicó en el Capitolio, y se conocía como Museo de Ciencias Felipe Poey.

Pero poco tiempo después, lo llamaron tal como se llama hoy y contaba entre sus monumentos más populares, la reproducción a escala natural de la Cueva número 1 de Punta del Este, ubicada en la Isla de la Juventud, llena de impresionantes pictografías de aborígenes.

Ya en la década de 1990 y luego de ser trasladado al inmueble en que se encuentra actualmente, el Museo se involucra en proyectos de envergadura internacional, y también consigue un impresionante crecimiento de sus colecciones científicas.

En 1999 el Museo Nacional de Historia Natural reabrió sus puertas, en su nueva sede, en la Plaza de Armas.

Hoy, tras más de cinco décadas abierta al público cubano, esta instalación continúa maravillando a niños y adultos, siempre con novedosas piezas que exhibe en sus salas, además de variadas actividades culturales que desarrollan sus especialistas.

Desvelando lo desconocido

Las salas de exposición del Museo Nacional Historia Natural se colman de las riquezas de una historia caribeña, y se puede encontrar en ellas desde un fósiles de animales extinguidos, hasta una colección a todo color de un gran número de mariposas que se encuentran en los espacios silvestres de Cuba.

Pero, además de revelar hechos que poca gente imagina, también llaman a ampliar conocimiento sobre la naturaleza, y a respetar y preservar las riquezas naturales. El museo posee 26 salas de exhibiciones, cada una dedicada a descifrar un dato, una curiosidad, un enigma...

Los distintos espacios expositivos se dividen en diferentes muestras y la primera de ellas toma el nombre de Museo por dentro, que muestra el trabajo científico que llevan a cabo los especialistas de la institución, los cuales incluso muestran sus saberes en muchísimos proyectos del área del Caribe.

En dos pisos de pura investigación, en los que desde pequeños hasta adultos encuentran nuevos saberes, se instruye sobre la historia natural comenzando por la época de los dinosaurios y llegando hasta la actualidad. Pueden encontrarse allí, mamíferos, aves, reptiles e incluso plantas disecadas tanto de Cuba como del mundo, muchos ya extintos.

La sala de los animales que habitaron Cuba
Un ejemplo de animales embalsamados donde se puede observar un tapir

Los espacios expositivos se nombran: El Museo por Dentro, que como mencionábamos con anterioridad; Historia de la Tierra y de la Vida, que trae vistas sobre la evolución del planeta y el surgimiento de la especie humana; Mamíferos, Aves y Reptiles de Otras Partes del Mundo, con ejemplares de varios lugares, que se exhiben mediante un montaje museográfico con luces y sonidos, una de las que más encanta a los pequeños y finalmente, Naturaleza Cubana, una exposición en la que pueden verse minerales típicos de la Isla y una gran representación de la fauna que hoy predomina en el territorio, marina y terrestre.

Entre los detalles más curiosos de Historia de la Tierra y de la Vida, en el piso inferior de la institución, hay un mural sumamente explicativo de fondo con imágenes propias de las eras geológicas.

Sala Historia de la Tierra y de la Vida
La sala de exposición dedicada a la historia de la Tierra y de la vida

También en Mamíferos, Aves y Reptiles de Otras Partes del Mundo se muestran fósiles, o réplicas de fósiles, entre ellos un cráneo de Tyrannosaurus, dinosaurio famoso por ser un feroz carnívoro.

Sala 'Mamíferos, aves y réptiles de otras partes del Mundo'
La sala de exposición dedicada a los mamíferos, aves y réptiles de otras partes del Mundo

Igualmente, se encuentra el esqueleto de un megalocnus rodens, el perezoso gigante cubano, especie actualmente extinta que vivió en el periodo Cuaternario en Cuba. De este esqueleto sólo existen dos ejemplares en el mundo, uno justamente en este museo y el otro en el museo del mismo nombre en Nueva York. Reconstrucción hecha en el instituto estadunidense a partir de restos descubiertos en 1910 en Cuba por el investigador cubano Carlos de la Torre y Huerta.

El perezoso extinto cubano de la especie megalocnus rodens
La carcasa del perezoso cubano, uno de los dos únicos ejemplares existentes en el mundo.

Para saber más sobre el perezoso cubano haga click en esta página enteramente dedicada al perezoso cubano o megalocnus rodens.

Muy atractiva resulta también, una réplica en movimiento del planeta Tierra y las maquetas que instruyen sobre la tectónica de placas.

Por su parte, Naturaleza Cubana, en el segundo piso, tiene diversas colecciones de invertebrados, y vertebrados cubanos, además de piedras semipreciosas y fósiles de reptiles marinos cubanos, peces y dugones (mamíferos del orden Sirenia). Allí se muestran también otras exposiciones temporales que dan luz a las bellezas de la naturaleza cubana.

Sala de exposición dedicada a la naturaleza cubana
La sala de exposición Naturaleza Cubana, donde es posible ver algunas piedras, crostáceos y otros fósiles

Objetos de patrimonio cultural

Hoy, luego de décadas de investigaciones, el museo tiene conjuntos de objetos considerados parte del patrimonio cultural de la nación cubana, que van desde colecciones taxonómicas, hasta los fondos documentarios.

Los primeros incluyen las muestras de minerales, rocas y fósiles de plantas y animales, que se tratan según los motivos para su investigación y posterior exhibición.

Muestras fósiles de minerales, de plantas o de animales del Museo de Historia Natural
Un ejemplo de muestra de los fósiles de minerales, plantas o animales

Los fondos documentarios, a diferencia, son resultantes de la creación humana, por ejemplo, la documentación que incluye las investigaciones que se llevan a cabo o que están asociadas a las colecciones taxonómicas y otros documentos sobre la historia natural de Cuba en general.

Fondo documentario del Museo de Historia Natural de Cuba
Un ejemplo de fondo documentario donde se exiben aspectos de la historia natural mediante cuadros

También hay que mencionar la Sala Infantil Colibrí, en la cual se llevan a cabo actividades para la educación de los niños, en cuanto a la naturaleza en general y al cuidado del medio ambiente.

También se encuentra en los espacios del museo, la Sala de Video Almiquí, que tiene una programación sistemática de materiales audiovisuales que reflejan un poco de todas las muestras de la instalación.

Y una de las más llamativos áreas en cuanto a investigación se refiere, es el Centro Docente asociado a la institución y que muestra y potencia el quehacer diario de sus curadores, museólogos, y demás especialistas con un intenso programa docente.

No menos importante es la Biblioteca Especializada Miguel L. Jaume que incluye miles de títulos de libros de temas de historia natural y conservación de colecciones, entre otros. Tiene igualmente, documentación patrimonial como por ejemplo, una colección de láminas de peces locales y de la costa atlántica que fueron pintadas por Otto Siepermann.

Exhibiendo el futuro, desde el pasado

Las exhibiciones actuales del Museo Nacional de Historia Natural, abarcan casi mil ejemplares, además de 360 textos, y casi 300 vitrinas, además de otros soportes de información.

Pero los especialistas del lugar no se quedan ahí, y también preparan un grupo de proyectos se instalarán en diversas áreas que se están rehabilitando y que ampliarán las exhibiciones para el disfrute de los visitantes.

Una de ellas estará vinculada a la biodiversidad cubana y exhibirá la mayor cantidad posible de exemplares del territorio cubano. Con ello pretenden cambiar la percepción sobre la riqueza de la naturaleza en Cuba, que es muy rica a pesar de no poseer las especies habituales de bosques y selvas de otras áreas del mundo.

Otro proyecto, viene dedicado a las cuevas cubanas, ya que en Cuba existen miles de cavernas naturales de diversos orígenes, profundidades y longitudes que además son consideradas obras arquitectónicas naturales. Esta futura exposición pretende también alertar del peligro de extinción en que se encuentran cientos de especies de animales endémicos que habitan estos espacios.

Se cuenta también añadir una segunda sala infantil cuyo objetivo es educar de manera divertida a las diversas formas di estudio de la naturaleza, además de desarrollare habilidades manuales y de supervivencia que los ayuden a comprender el medio ambiente y la naturaleza cubana.

También se contempla añadir la sala temática Pequeños gigantes, dedicada a animales pequeños que muchs veces pasan inadvertidos para la mayoría de las personas, y que incluso son tachados de perjudiciales. Este proyecto tiene el objetivo de educar a ver estos animales desde una óptica diferente, y por supuestos, se exhibirán vivos. Los especialistas del museo consideran esto como todo un reto, debido a las condiciones de mantenimiento y las necesarias para exhibir seres vivos y que además expresen sus formas de vida.

Por otro lado, también se dedica un espacio al tema Bosques de Cuba, cuyo objetivo es acercar al público a las muy variadas formaciones vegetales, para promover su protección y conservación. Se exhibirán plantas de manera que los visitantes se sientan dentro de un bosque cubano, con toda su flora.

Otro tema dedicado a la exposición serán los corales, pues no hay que olvidar que Cuba tiene la segunda barrera coralina más extensa del mundo. Por tanto, se quiere mostrar la biodiversidad presente en los arrecifes coralinos, y lograr que se tome conciencia sobre el cuidado de esos ecosistemas. Para ello se realizará una maqueta a escala natural de un arrecife coralino con las plantas y animales que lo habitan.

Cuba: Lo Real Maravilloso de una Historia Natural, es otra de las exhibiciones en planes, que integrará la historia natural del territorio cubano. Mediante la tectónica de placas, se reconstruirán las paleogeografías del Mar Caribe, de Las Antillas y, por tanto, de Cuba y se referirán los eventos geológicos y biológicos más importantes ocurridos a desde hace millones de años hasta la actualidad. Este ambicioso proyecto incluirá maquetas animadas y modelos geológicos que intentarán mostrar cómo se formó el archipiélago cubano y la evolución de su flora y fauna hasta conformar los valores naturales que hoy se encuentran en toda la Isla.

Ejemplar de ballena en tamaño natural en el Museo de Historia Natural de Cuba
La biodiversidad de Cuba es realmente muy rica y visitando el museo es posible darse plenamente cuenta del eso

Conclusión

El Museo nazionale della storia naturale di Cuba abre sus puertas al público los martes, en horarios comprendidos desde la 1 de la tarde a las 5, y de miércoles a domingo, de 9 y media de la mañana a 5 de la tarde. Cerrado el lúnes. El museo se ubica en la Plaza de Armas, Calle Obispo 61, esquina a Oficios.

El Museo Nacional de Historia Natural, no es el único lugar donde se puede aprender sobre la historia natural de Cuba. Para completar este tipo de experiencia, existen tres centros que igualmente, permiten obtener un mayor conocimiento sobre el devenir científico cubano. Uno de ellos, ubicado en la Plaza Vieja, es la Cámara Oscura, dispositivo que juega con las ilusiones ópticas y mediante un sistema de espejos, el visitante puede observar, en tiempo real, la ajetreada vida de La Habana Vieja.

Unos pocos metros más allá de la Cámara Oscura, se encuentra el Planetario, centro cultural y científico que permite una visita al espacio exterior con estrellas, planetas y todo lo necesario para sentirse fuera de la Tierra.

Y finalmente el Observatorio de Belén, también se encuentra muy cercano, ocupa la torre noreste del Convento e Iglesia de Nuestra Señora de Belén y cuenta con cinco niveles, salas expositivas, aula multipropósito, estación meteorológica y observatorio astronómico. Constituye un moderno proyecto museístico que muestra la evolución de la meteorología y la climatología en Cuba.

Estos lugares y otros serán descritos en otros artículos de nuestra Guía esencial y definitiva de La Habana Vieja.

Sobre el autor

La autora Claudia Rodriguez

Claudia Rodriguez

Claudia Rodroguez es licenciada en periodismo y graduada en La Universidad de La Habana desde 2016. He trabajado para diversos medios de comunicación tanto durante la carrera universitaria como después de graduada, que incluyen prensa plana y digital, radio y televisión. Actualmente trabaja como redactora-reportera y se especializo en temas culturales. Domina el inglés y el francés.
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